La obesidad se ha convertido en una patología en constante aumento, constituyendo un grave problema de salud pública a nivel mundial, que ha alcanzado proporciones epidémicas en diferentes sociedades. Su principal rasgo es la asociación con numerosas patologías (respiratorias, cardiovasculares, endocrino-metabólicas), que hace que tenga una elevada morbimortalidad, afectando tanto a la calidad como a la duración de la vida. Se han recomendado numerosos abordajes a dicho problema, entre los que se incluyen dietas de bajas calorías, medicación, modificación de la conducta y terapia de ejercicio. Sin embargo, el único tratamiento de eficacia probada en el control a largo plazo de la obesidad mórbida es la intervención quirúrgica. En la actualidad la cirugía bariátrica ( cirugía de la obesidad ) representa el método más efectivo en el tratamiento , razón por la que el manejo perioperatorio del paciente obeso requiere un conocimiento amplio de los cambios fisiológicos y sus repercusiones hemodinámicas y ventilatorias, como la disminución del volumen corriente y de la capacidad residual funcional, que predisponen mayor riesgo de atelectasias por colapso alveolar.
La asociación de obesidad con otras enfermedades, como el síndrome metabólico, diabetes, hipertensión arterial e hipertensión pulmonar, facilita un aumento en las complicaciones intra y postoperatorias. Por tal motivo, nunca se debe subestimar el tipo de procedimiento a realizar y siempre se debe contar con la infraestructura necesaria, para manejar cualquier evento anestésico no deseado.
La valoración preoperatoria es de vital importancia para prever posibles complicaciones, como es el caso de la evaluación de la vía aérea; en aquellos pacientes con circunferencia cervical mayor de 60 cc, antecedentes de apnea obstructiva del sueño y demás predictores de vía aérea difícil, es muy importante contar con alternativas útiles que nos den mayor seguridad en el momento de la inducción anestésica, como el fibrobroncoscopio, o los videolaringoscopios directos o indirectos . Explicar la necesidad de posible ingreso a la unidad de cuidados intensivos en el postoperatorio, el requerimiento de monitorización invasiva , o extubación programada.
Para el paciente obeso no existe una técnica anestésica única. Es necesario evaluar en forma separada a cada paciente, sin olvidar nunca los cambios que se producen en la farmacocinética y farmacodinamia de los medicamentos en estos pacientes, en comparación con la población general, como la mayor sensibilidad a los opiáceos , la necesidad de utilización del peso real para el bolo inicial de los medicamentos altamente lipofílicos por el aumento del volumen de distribución y del peso real para los medicamentos hidrofílicos. El control del dolor postoperatorio es de vital importancia, el que puede lograrse con técnica multimodal, utilización de analgesia peridural o analgesia controlada por el paciente.
Adel Sweis
Dr. Anestesista en Clínica Silvestre