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Todo el mundo sabe que es necesaria una adaptación de la dieta a lo largo de nuestra vida: los nutrientes que necesita un lactante no responden a las mismas necesidades de un adolescente o un adulto. Durante nuestra vida nuestro metabolismo basal cambia, con lo cual nuestras costumbres alimenticias tienen que hacer lo mismo.

Nutrición en la Edad Adulta

Según la definición de Wikipedia, el Metabolismo Basal es «es el valor mínimo de energía necesaria para que la célula subsista.»

Calculando el Metabolismo Basal de un individuo adulto descubrimos que este valor no cambia mucho entre los 30 y los 60 años (excepto durante la gestación y la lactación). Es muy importante adoptar saludables habitos alimenticios en esta franja de edad ya que:

  • En la edad adulta se verifica una mayor prevalencia de diabetes, obesidad, ECV, cáncer u osteoporosis.
  • En la edad anciana hay una mayor estabilidad en los hábitos alimentarios. Es muy difícil durante la tercera edad cambiar costumbres alimenticias, a menudo los alimentos nuevos son rechazados y se puede correr el riesgo de malnutrición, así que comer bien durante la edad adulta nos ayudará a envejecer mejor.

Tercera edad

Después de los 50-60 años nuestras necesidades energéticas disminuyen de forma gradual, sobretodo si disminuye también la actividad física. Durante esta fase necesitamos menor cantidad de energía (hidratos de carbono, proteínas y grasas) pero las mismas cantidades de minerales y vitaminas, o más. Será fundamental una dieta con suficientes aportes de vitamina D y calcio (sobretodo en las mujeres) para prevenir la osteoporosis.

Si quieres saber más sobre nutrición y salud te aconsejamos visitar la página web de la página web del Ministerio de Sanidad.

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